jueves, 2 de octubre de 2014

Este jueves un relato: Idioma.





Hablamos el mismo idioma, estoy segura niña, yo misma te enseñé a balbucear tus primeras palabras, ¡y que ganas de que aprendieras a hablar!, para saber que te pasaba cuando llorabas, si te dolía algo o simplemente el alma.

Hablamos el mismo idioma, te enseñé a leer poemas, a memorizarlos, a utilizarlo correctamente, a desentrañar sus formas y sus giros, a disfrutar con todas esas posibilidades que da el lenguaje.

Hablamos el mismo idioma, ¿pero lo hablamos?, porque no hay forma de entendernos, yo digo blanco y siempre entiendes negro, yo digo te quiero y tu entiendes que paso de todo, yo digo no puedo más y tú me echas en cara que no hago lo suficiente. ¡Pesan tanto todas estas palabras con las que cargo porque las rechazas antes incluso de llegar!.

Hablamos el mismo idioma, pero no he sabido encontrar las palabras, ni entiendo las que me dices, entendía mejor el llanto cuando eras un bebé, ahora las usamos como dardos para hacernos daño, tanto, que lo que yo quise enseñarte como algo hermoso, ahora son una pesada carga que hiere y rompe el corazón.

Hablamos el mismo idioma, pero de nada ha servido, de nada sirve y desde hoy hablaremos el mismo idioma, otro distinto, el de las omitidas palabras.

Hay algo peor que perder a un hijo, y es que un hijo ande perdido y ni sepas ni puedas hacer nada.



El resto de participantes de este jueves los encontraréis en casa del conductor de este jueves y quien nos propone un tema tan curioso; Juan Carlos

19 comentarios:

Matices dijo...

Habláis el mismo idioma... el tiempo y la madurez cicatriza las heridas, no lo dudes. La vida nos pone a prueba pero hay que saber nadar a contracorriente y tu sabes, dale tiempo y date espacio, el amor lo puede todo y el tuyo es incondicional aunque ahora te duela en lo más profundo y creas q todo está perdido.
Un beso y un achuchon...

Susurros de Tinta dijo...

Si que se nadar a contra corriente, pero como dice el gran Fito, "este mar cada vez guarda más barcos hundidos", miles de besosssssssssssss

Tracy dijo...

Es una pasada como has expresado lo que tantos tantos padres piensan en una determinada etapa de la vida.
Justamente tiene la categoría de idioma y no hay academias para aprenderlo.
Un besazo enorme.

Susurros de Tinta dijo...

Y que lo digas Tracy! sólo espero que sea una etapa y que volvamos a entendernos algún día, miles de besossssssssssssss

Juan Carlos Celorio dijo...

Jo, Susus, que hondo te ha quedado. Ya leo las causas. En ese sentido, coincido con Matices, hay tiempos y tiempos. Y me atrevo a asegurártelo, dado que soy más mayor.
Pero me quedo en esas veces que el idioma no significa que no existan barreras, cuantas veces hablando lo mismo no nos entendemos y cuantas veces, sin poder intercambiar palabra ocurre lo contrario.
Un montón de besos y muchas gracias por estar aquí, sabes que tu presencia siempre me alegra.

San dijo...

Etapas, son etapas que pasamos. Luego cuando el tiempo hace madurar el entendimiento llega. Lo que importa es el amor invertido, y de ese siempre, estoy segura hay mucho.
Todo llega Susu.
Besos sirena.

Gaby* dijo...

Vivo situaciones de este estilo, pero son chispazos de la comunicación diaria, por suerte, solo chispazos. A veces, el lenguaje se enrevesa, y lo duro es cuando uno se da cuenta que ya se perdió el dominio de la palabra o su sentido. Me resulta inquietante la frase con la que sellas tu escrito... creo que entraría en una gran desesperación si algo así me ocurriera.
Tu relato, tiene una gran dosis de realidad actual, pero me quedo con lo que la mayoría opina: son etapas, que con el tiempo se van salvando.
Besos!
Gaby*

Maria Liberona dijo...

Quizás tendrán que inventar un nuevo idioma y darse juntos el tiempo para hacerlo y conocerse de nuevo

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Te doy la razón. No hay nada peor que hablar el mismo idioma y no entenderse. A más de una nos ha pasado.
Un abrazo

Sindel Avefénix dijo...

Muy bueno! A veces hay etapas en las que parece que los padres y los hijos hablan distintos idiomas, pero es normal y hay que pasarla, luego cuando ambos maduramos (porque nosotros debemos hacerlo como padres también) se logra llegar a un punto de entendimiento. Todos lo hemos pasado en una u otra postura.
Un abrazo.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Qué cruda verdad. Nada hay peor que eso, perder un hijo aún estando cerca. No entenderlo, siendo imposible tender puentes efectivos de comunicación.
Muy triste!
=(

Anónimo dijo...

Como siempre, soy una gran contradiccion y solo hare un comentario:
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Un abrazo ..... esta vez fuerte.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

No sé cuál será el caso en particular, pero a veces es lo que tiene que suceder. A veces son los padres quienes no entienden. O tal vez, padres e hijos no se entienden mutuamente.

LAO dijo...

Me gustó sobre todo tu última reflexión pero te cuento que yo he perdido un hijo de 24 años y no te puedo expresar lo que se siente........

Anónimo dijo...

Como te saco unos cuantos años, te diré que por ahí he pasado cuatro veces y, si me apuras aún sigo pasando. Claro que hablais el mismo idioma, pero la diferencia generacional está ahí, aunque nos pese. Te cuento una anécdota, Susus. En cierta ocasión, Toñi comentaba con los niños un poco en broma, lo coñazo que había sido siempre con ellos, siempre riñendo, siempre aconsejando, muchas veces prohibiendo y decía que, si volviera a empezar, tal vez sería menos beligerante y más complaciente. Pues bien, Yolanda mi hija le dió un besazo y le dijo: Mamá, gracias. Si nosotros somos como somos, es porque tú has sido como debías ser. Nunca antes se lo había dicho. No sé si te sirve.
Un besote. (Otro de la prota de la anécdota).

casss dijo...

Querida Susus. Me ha calado hondo tu escrito... Hoy sigo reflexionando al respecto y tratando de entender como va cambiando la vida la forma de comunicarnos, muy particularmente padres e hijos.
En muchos casos pasa y hay que entender que es un trance difícil (otro más de la vida) necesario para que ellos puedan despegarse de nosotros y madurar a su modo, con lo que hemos podido sembrarles en el interior y con lo que ellos mismos han querido ir aprehendiendo. Para mi lo importante de nuestra parte, además de tener una paciencia infinita y no morir en el intento, es nunca cortar en lo posible los caminos de regreso, porque seguro que regresan de otra forma, con otros pensamientos, pero seguiremos viendo en ellos los bebés de siempre aunque no seamos las mamás necesarias del primer tiempo.
Besos, miles, y perdona la lata, al fin de cuentas, todos estamos en el mismo barco sin saber mucho como se rema....

Charo dijo...

Es muy triste y amargo tu relato. No lo sufro de momento con mi hijo pero si lo sufrí con mi padre con el que no he podido hablar el mismo idioma nunca.
Lo has contado muy bien . Un beso

Alfredo Cot dijo...

Muy buen texto, claro y actual. Y uno se pregunta, me pasa también a mí sin yo saberlo...
Es evidente que en las comunicaciones personales no siempre las palabras que se dicen y se oyen son el idioma del entendimiento.
Besos

Susurros de Tinta dijo...

Ais, Lao, no, no puedo imaginarlo, pero lo veo en la carita de mi madre todos los días, ella dice que es una losita que se lleva en el pecho y que se aprende a vivir con ella, pero que siempre está ahí!, gracias por compartirlo, porque son cosas de las que cuesta escribir.
Pepe, mi querido Pepe, dale un abrazo a esa icreíble mujer prota de la anecdota y otro para ti muy fuerte, os quiero un montón!, miles de besossssssssssssss